Si en el post anterior hablábamos de la necesidad de transformar digitalmente las clínicas dentales en todos los aspectos de gestión, hoy vamos a profundizar en el concepto de odontología digital. Cuando hablamos de odontología digital nos referimos a realizar un flujo de trabajo digital, es decir, realizar la práctica odontológica mediante un proceso de registros digitales del paciente (captura), un procesado de esa información mediante un software que permite diagnosticar y diseñar el plan de tratamiento (CAD) y una creación física o manufactura (CAM) de todo ello. En este sentido, un flujo digital completo consta de tres fases:

  1. Digitalización: consiste en la digitalización de la pieza que hay que restaurar. Se pueden utilizar aparatos de tomografía de haz cónico y/o escáneres intraorales o extraorales.
  2. Diseño: se refiere al diseño asistido por ordenador mediante el uso de diferentes tipos de softwares, como los softwares de diseño de sonrisas y espectrofotometría, o los softwares de diseño de prótesis o guías quirúrgicas.
  3. Producción: finalmente, se procede a la fabricación de la prótesis a partir de la información obtenida en el escaneado.

Actualmente, prácticamente cualquier tratamiento odontológico se puede llevar a cabo digitalmente. Desde la planificación de casos hasta el diseño de una sonrisa. También permite realizar la guía quirúrgica para la colocación de implantes, la provisionalización inmediata, las impresiones para coronas sobre dientes, sobre implantes y para carillas. Además, es útil en tratamientos de ortodoncia. Sin embargo, una de las aplicaciones más atractivas de la odontología digital es la cirugía de colocación de implantes guiada por ordenador, de tal manera que se pueda conseguir una colocación de implantes precisa y menos invasiva.

En el pasado, el flujo tradicional en la clínica dental se caracterizaba por la toma de impresiones con escayola y radiografías en dos dimensiones. Y para la realización de cualquier prótesis, se enviaban modelos físicos a los laboratorios, que las realizaban de manera artesanal. No cabía en este flujo planificaciones ni demostraciones virtuales del posible resultado.

En cambio, el flujo digital ofrece una serie de ventajas a los profesionales del sector bucodental:

  • Planificación de todo el tratamiento en 3D por ordenador, desde el inicio.
  • Claridad para el paciente para visualizar todo su tratamiento.
  • Disminución de errores en la fabricación.
  • Ahorro en tiempo y mayor precisión para el odontólogo.
  • Mayor confianza para el paciente debido a la planificación previa.
  • Reducción de los tiempos y comunicación del laboratorio gracias al uso de la tecnología CAD CAM Dental.
  • Mayor adaptabilidad de las prótesis, fabricadas 100% a medida para la boca del paciente.
  • Software de gestión y comunicación con el paciente.

Así, gracias a la odontología digital, los profesionales obtienen más información, más facilidad de trabajo y, por tanto, más precisión, ofreciendo así mejores resultados a los pacientes.